El Junior de Barranquilla, dirigido por Hernán Darío ‘Bolillo’ Gómez, se jugará este sábado la vida en la liga colombiana cuando reciba al campeón Deportivo Pereira en la penúltima jornada de la primera fase del torneo.
El Tiburón ocupa el octavo lugar con 24 puntos y consigue, provisionalmente, el último cupo a los cuadrangulares semifinales del torneo. Sin embargo, una derrota lo puede dejar al borde del abismo en una semana que ha estado marcada para el equipo de Barranquilla por los problemas internos.
El club rescindió el contrato del atacante Luis Sandoval después de que el jugador llegara en estado de embriaguez a un entrenamiento el lunes pasado. También abrió procesos disciplinarios contra el lateral Walmer Pacheco, el defensor César Haydar, el extremo Ómar Albornoz y el central José Ortiz por «presuntas conductas que podrían ser contrarias a las políticas y a los reglamentos de la institución».
Y es que el caso del ‘Chino’ se convirtió en todo un dolor de cabeza para el tiburón, que hace unos años lo prestó a Fortaleza, equipo de la segunda división, para que tomara mayor experiencia y conciencia sobre su problema de alcoholismo; sin embargo, eso no fue suficiente y, pese a comprometerse, volvió a embarrarla y terminó perdiendo el trabajo.
Esa situación ha pasado mucho en el fútbol colombiano con jugadores como Johnnier Montaño, Dayro Moreno, Faustino Asprilla, Fredy Guarín, Johan Arango, Luis Quiñones, Edinson Toloza, Wilder Medina, entre otros, quienes han protagonizado escándalos fuera de las canchas por pasarse de tragos.
En gran parte, eso se debe a la falta de educación que tuvieron estos jóvenes jugadores, quienes al entrar en el fútbol profesional se encuentran con grandes sumas de dinero y no están preparados para manejar la fama y todas las tentaciones que eso implica.
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