Antes de la medianoche de este miércoles 2 de noviembre, el Senado de la República aprobó la reforma tributaria presentada por Petro, después de un debate en el que hubo de todo: peloteras, discusiones acaloradas y mensajes de protesta que buscaban hundir el proyecto. Diferentes sectores tuvieron cruces, pero al final la propuesta salió favorecida con algunos cambios.
Para el uribismo, el ciudadano de a pie es el que va a terminar pagando los platos rotos del pago de impuestos y el alza en los precios de la canasta familiar. Pese a ello, el partido destacó su trabajo en oponerse al artículo 45 de la reforma, que pretendía gravar impuestos a alimentos y bebidas azucaradas.
Sin embargo, pese a todas las dificultades y obstáculos, la reforma será una realidad en el país, ante todo pronóstico. El Congreso aprobó de esta manera la mayoría de los artículos que conforman un alza de los impuestos, con la que el Gobierno calcula recoger unos 20 billones de pesos, alrededor del 1,2%, del PIB, a partir de 2023.
Después de 15 horas de deliberaciones y votaciones el Senado aprobó la Reforma Tributaria.
Agradecimiento a bancadas de gobierno, a coordinadores ponentes, a UTLs. Esto es un trabajo en equipo.
Así celebramos. Les comparto la emoción. La Colombia profunda saldrá de las sombras! pic.twitter.com/ZXyGuJkBjU— Gustavo Bolívar (@GustavoBolivar) November 3, 2022
En los dos puntos más debatidos, el pan y el petróleo, el Senado mantuvo los impuestos al segundo, pero aceptó eliminar lo que contenga levadura y otros productos básicos (la leche y sus derivados, la miel, las obleas y los bocadillos) del nuevo impuesto a los alimentos ultraprocesados.
El ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, busca aplazar su impacto en la inflación (explicó que habían proyectado que la impulsaría en 0,27%), pues la expectativa es que el alza de precios se vaya reduciendo en el transcurso del próximo año, según revelan los más recientes estudios de los técnicos del Banco de la República.