Su nieta de 13 años -la mayor del grupo- «es muy inteligente» y «fuerte», dice el abuelo de los niños indígenas desaparecidos desde hace 19 días en la Amazonía colombiana. Fidencio Valencia confía en que ella se las ha ingeniado para mantener a sus hermanos a salvo.
Los menores viajaban junto a su madre, un líder de la comunidad originaria Huitoto y el piloto en un avión monomotor que cayó a tierra el pasado 1 de mayo y quedó con el frente destrozado en medio de la espesa selva del departamento de Caquetá (sureste).
Con perros rastreadores, helicópteros y una aeronave, un centenar de militares ubicó entre lunes y martes el lugar del accidente y los cuerpos de los tres adultos.
Desde entonces han ido encontrando en los alrededores tijeras, un biberón, frutas mordidas y un refugio improvisado con hojas. Indicios de que los niños podrían estar deambulando entre la tupida vegetación donde habitan jaguares, pumas y serpientes venenosas.
«La niña grande es muy inteligente, es toda activa, es fuerte», dijo en entrevista con la agencia internacional AFP Fidencio Valencia, quien aguarda noticias sobre la búsqueda de sus nietos, en la que participan 150 militares e indígenas de la zona.
Al igual que la pequeña Lesly (13 años), sus hermanos Soleiny (9) y Tien Noriel (4) «son muy verracos para andar» por la selva. En la avioneta también viajaba la bebé Cristin, de once meses. Valencia reconoció su biberón entre los objetos hallados por el ejército en la zona del accidente.